No hay daño en la carpeta asfáltica.

Sin congestiones de tráfico.

La colocación se realiza independientemente de las condiciones meteorológicas.

No se bloquean accesos vehiculares ni peatonales.

Se protege a las personas, al medio ambiente y a la naturaleza del ruido, de la contaminación y de las vibraciones.

Las obras no distorsionan el paisaje natural
ni el urbano.

Se reducen significativamente los daños, en comparación con una construcción abierta.

Se puede evitar la disminución del nivel freático sin perjudicar a la vegetación.

Las emisiones de CO2 se reducen considerablemente, evitando la construcción de grandes obras y el tráfico asociado, disminuyendo además la emisión de material particulado al ambiente.

No son necesarias superficies de almacenamiento especiales ni para el equipo ni para los materiales de relleno.

Menores costos indirectos.

Mayores profundidades a más bajo costo.

Los tubos se colocan sin zanjas abiertas, por lo que pasan desapercibidos para las personas.

Se excavan y transportan proporcionalmente menores volúmenes de materiales.

No interfiere con líneas existentes.